El proceso de votación electrónica cuenta con mecanismos esenciales para garantizar su seguridad: la firma digital y el resumen digital.

La firma digital es una técnica criptográfica que se utiliza para garantizar que un contenido, en este caso un archivo digital, pueda ser verificado principalmente en lo que respecta a su integridad, es decir, busca asegurar que el programa informático no ha sido modificado intencionadamente o ha perdido sus características originales por fallos de grabación o lectura. Esto significa que si la firma digital es válida, el archivo no ha sido modificado.

La firma digital también se utiliza para garantizar la autenticidad del programa, es decir, para confirmar que el programa tiene origen oficial y fue generado por el Tribunal Superior Electoral. En este caso, sólo la persona que firmó digitalmente puede haber generado esa firma digital.

A su vez, el resumen digital, también llamado función resumen criptográfico o hash, en inglés, es una técnica criptográfica que se asemeja a un dígito de control. Dado un archivo digital, el resumen digital de este archivo se puede calcular con un algoritmo público (método matemático conocido por todos). En el caso de los sistemas de urnas, se calculan las funciones resumen de todos los archivos y estos resúmenes se publican en el portal del TSE.

La seguridad del sistema de votación electrónica se realiza por capas. A través de dispositivos de seguridad de diferentes tipos y con diferentes propósitos, se crean varias barreras que, en conjunto, no permiten que el sistema sea violado.

Eso significa que cualquier ataque al sistema provoca un efecto dominó y la urna electrónica se colapsa, imposibilitando la generación de resultados válidos.