El Programa de Combate a la Desinformación con Foco en las Elecciones 2020 (Programa) fue lanzado por el Tribunal Superior Electoral (TSE) el 30 de agosto de 2019, con el objetivo de combatir los efectos negativos, provocados por la desinformación a la imagen y credibilidad de la Justicia Electoral, a la realización de las elecciones y a los actores en ellas comprendidos. El Programa fue estructurado en seis ejes, cada uno contando con acciones de corto, mediano y largo plazo: (i) organización interna; (ii) alfabetización mediática e informativa; (iii) contención de la desinformación; (iv) identificación y chequeo de desinformación; (v) perfeccionamiento del ordenamiento jurídico; y (vi) perfeccionamiento de recursos tecnológicos.

A partir de esa estructura, fue formalizado el Plan Estratégico del Programa, que contiene sus fundamentos, marcos normativos y referencias teóricas, las informaciones sobre la gestión y ejecución del programa, los criterios de selecciones de instituciones asociadas, además de un detallado plan de trabajo, que estableció acciones y medidas a ser implementadas durante las Elecciones 2020. El presente informe tiene como objetivo presentar un balance de las acciones desarrolladas y de los resultados del Programa, así como evaluar el cumplimiento de cada meta estipulada en el plan de trabajo.

En síntesis, alineado con los principales marcos normativos, las referencias teóricas y las obligaciones internacionales en materia de protección de la libertad de expresión, el Programa fue centrado en estrategias no regulatorias y multisectoriales, con tres pilares.

Primero, combatir la desinformación con información, por medio de la creación y diseminación de información oficial, verdadera y de calidad a los ciudadanos, para que puedan ejercer el voto de manera consciente e informada.

Segundo, combatir la desinformación con capacitación, invirtiendo en la calificación de los servidores de la Justicia Electoral y de los ciudadanos para que puedan comprender el fenómeno de la desinformación, ampliar su capacidad crítica, reconocer contenidos falsos y fraudulentos y acceder a fuentes de información confiables.

Tercero, combatir la desinformación enfocándose en control de comportamiento y, excepcionalmente, con control de contenido, especialmente por medio de monitoreo de casos y prácticas de desinformación, direccionamiento de recursos tecnológicos y actividades preventivas y represivas contra comportamientos inauténticos, uso de propaganda computacional y acciones coordinadas de propagación de desinformación.

El programa fue dirigido al combate de una forma especialmente perniciosa de desinformación: aquella que se vuelve contra la integridad y credibilidad del Proceso Electoral, esto es, contenidos falsos y fraudulentos que afectan:

(i) El Proceso Electoral en sus diferentes fases, desde el registro de candidaturas hasta la ratificación de los electos;

(ii) el funcionamiento de la urna electrónica y los demás aspectos del proceso electrónico de votación;

(iii) la Justicia Electoral, sus miembros, servidores y demás colaboradores;

(iv) la seguridad sanitaria del Proceso Electoral en el contexto de la pandemia de Covid-19; y

(v) otros actos relativos a la organización y realización de las elecciones (desinformación contra el Proceso Electoral).

El Programa contó con la importante contribución de más de 60 entidades y organizaciones, que se dispusieron a ejecutar acciones y medidas concretas para minimizar los impactos de desinformación en el Proceso Electoral, de acuerdo con su respectiva área de actuación institucional. Dentro de esas asociaciones, se destacan aquellas realizadas con instituciones de chequeo, plataformas de media social, empresas de telefonía, instituciones de investigación, organizaciones de la sociedad civil, órganos públicos y asociaciones de medios.