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En 1985 el TSE implantó un registro electoral informatizado. La urna electrónica, tal como se concibe hoy, se desarrolló en 1995 y se utilizó por primera vez en las elecciones municipales al año siguiente.

Para preparar el proyecto de las urnas electrónicas, el TSE formó en 1995 una comisión técnica dirigida por investigadores del Instituto Nacional de Investigaciones Espaciales y del Centro Técnico Aeroespacial (Inpe y CTA por sus siglas y acrónimos en portugués) en la ciudad de São José dos Campos, que definió una especificación de requisitos funcionales.

El primer nombre de la urna electrónica fue el de colector electrónico de votos (conocido por su acrónimo portugués CEV). El objetivo de utilizar la máquina era identificar alternativas para la automatización del proceso de votación y definir las medidas necesarias para su implantación, a partir de las elecciones de 1996 en más de 50 municipios brasileños.

El equipo, responsable de la automatización del 100% de las elecciones, se puso en marcha en Brasil en 1996 y hoy sirve de modelo para varios otros países, que han estado probando la capacidad de implementación de la máquina en sus procesos electorales.

En marzo de 2009, el TSE ganó un premio en el área de tecnología por su contribución en el desarrollo de urnas electrónicas. El premio ha sido el fructo de una asociación entre la Universidade de São Paulo (USP), la Universidad George Washington y la Business Software Alliance (BSA). La BSA es una Sociedad estadounidense creada por Microsoft que reúne a instituciones y empresas del ámbito de las tecnologías de la información y promueve el evento para poner de relieve ideas sin precedentes en todo el mundo.